¿Aumento global de la temperatura?, ¿progresivo deshielo de las masas glaciares?, ¿desarrollo de fenómenos meteorológicos extremos?, ¿alteraciones en la distribución geográfica de fauna y flora?.. Estos y otros fenómenos son consecuencia del cambio climático, ocasionado por el hombre en gran medida. A ello se enfrenta la humanidad con convenios internacionales como la Convención Marco del Cambio Climático, estrategias y políticas, que tratamos de resumir en este primer artículo.
A pesar de ser un concepto puesto en duda, ya que el clima ha variado en todas las escalas de tiempo a lo largo de la historia de la Tierra, existe en la actualidad un consenso casi generalizado entre los científicos en torno a la idea de cambio climático, entendido como alteración global del clima que cambia la composición de la atmósfera mundial, resultado directo o indirecto de un sistema de producción industrial y consumo energético desmesurado y en aumento por parte del ser humano, sumado a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables.
La razón principal para la preocupación actual sobre cambio climático, es el aumento de la concentración de dióxido de carbono atmosférico (y otros gases de efecto invernadero: metano, PFCs, óxido nitroso, HFCs y hexafluoruro de azufre), que resulta muy inusual para los dos últimos millones de años aproximadamente. Esta alteración climática está generando una serie de impactos tanto en el medio natural como en el sistema socioeconómico, que requiere tomar medidas de forma inmediata y efectiva si se quieren evitar daños ambientales irreversibles con altos costes sociales y económicos, de acuerdo al denominado “principio de precaución” al que hace referencia el Artículo 3 de la Convención Marco sobre Cambio Climático.
Esto constituye un fenómeno global, tanto por sus causas como por sus efectos, y requiere de una respuesta multilateral basada en la colaboración de todos los países. La respuesta multilateral en el contexto de Naciones Unidas es esta Convención Marco sobre cambio climático (CMNUCC). España, junto con el resto de Estados Miembros de la Unión Europea, participa activamente en este proceso de negociación internacional a través de las reuniones anuales de las Partes de la Convención y del Protocolo de Kioto.
El pasado mes de diciembre se celebró la 21ª Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP 21) en París (Francia), la 11ª Conferencia de las Partes reunida en Calidad de las Partes del Protocolo de Kioto (COP-MOP 11).
Por otro lado, en 1988, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), crearon el Grupo (o Panel) Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) con objeto de analizar la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. El IPCC trabaja para apoyar la Conferencia de las Partes y elabora informes de evaluación, informes especiales, documentos técnicos, metodologías y directrices para evaluar el estado del cambio climático y la efectividad del tratado.
Además, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo han aprobado numerosas Directivas, Decisiones y Reglamentos relacionados con la lucha contra el cambio climático. Para más información sobre los avances alcanzados en la negociación comunitaria consultar la página Web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
España, por su situación geográfica y sus características socioeconómicas, es un país muy vulnerable al cambio climático, como así se viene poniendo de manifiesto en las más recientes evaluaciones e investigaciones. Por esto, se han creado distintos organismos e instituciones nacionales que tienen como objetivo la lucha contra el cambio climático. Estos son la Comisión de Coordinación de Políticas de Cambio Climático, la Comisión Interministerial para el Cambio Climático, el Consejo Nacional del Clima y la Oficina de Cambio Climático. Cual sea la efectividad y eficacia de tantos organismos es algo que pretendemos seguir analizando en sucesivos artículos.
Como marco de referencia para combatir el cambio climático, se aprobó y publicó la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia – Horizonte 2007-2012-2020 (EECCEL), la cual define el marco de actuación que deben abordar las Administraciones Publicas para asegurar el cumplimiento por parte de España de sus obligaciones en el Protocolo de Kioto. Pero, teniendo en cuenta que muchas de las medidas a llevar a cabo correspondían a ámbitos competenciales de las Comunidades Autónomas o las Entidades Locales, se vio la necesidad de definir instrumentos de planificación correspondientes a dichos ámbitos, de manera que en 2007 el Gobierno propuso a las Comunidades Autónomas elaborar sus propias estrategias que deberían estar aprobadas en el 2008.
El Gobierno de Extremadura aprobó la «Estrategia de Cambio Climático para Extremadura 2009-2012«, documento integrador de las políticas de mitigación y adaptación al cambio climático, en relación con los compromisos internacionales adquiridos por España y los objetivos específicos marcados por el gobierno autonómico. Esta Estrategia planteó 25 medidas concretas a desarrollar, incluidas en seis áreas de actuación distintas. Una de las medidas fue la creación del «Observatorio Extremeño de Cambio Climático« en 2009, organismo encargado de promover una política de acción por el clima que integrara, de manera coordinada, todos los sectores de la sociedad extremeña en las acciones de lucha contra el cambio climático. Con el fin de valorar el grado de cumplimiento de los objetivos, la eficacia de las medidas adoptadas y su grado de implantación en la región, la propia Estrategia incluía un plan de seguimiento basado en indicadores, de manera que se publicaron tres informes de seguimiento de los resultados obtenidos en los años 2010, 2011 y 2012.
Además, como instrumento fundamental para lograr una efectiva mitigación del cambio climático en la región, se adquirió el compromiso de elaborar «Inventarios anuales de emisiones de gases de efecto invernadero», de los cuales se han publicado informes para los años 2011, 2012, 2013 y 2014. Por otra parte, la realización de medidas de adaptación como la creación del «Mapa de Impacto» o los «Planes de Adaptación«, han permitido dirigir los esfuerzos a ampliar y focalizar la información sobre los impactos del cambio climático en la región, cumpliendo de este modo las líneas de compromisos adquiridos mediante esta Estrategia.
Una vez finalizada la vigencia de este plan y dada la necesidad de la región de seguir adelante con el reto del cambio climático, se aprobó en 2013 una nueva Estrategia con una proyección hasta el año 2020, acometida por un grupo de expertos, con la participación de los organismos implicados y sometida a información y participación pública. Esta Estrategia ha servido para detectar nuevos campos de actuación en materia de adaptación y mitigación del cambio climático y establecer nuevas medidas que ayuden a la consecución de los objetivos establecidos. Además permite, para aquellas actuaciones desarrolladas de manera satisfactoria, seguir trabajando en la misma dirección de la anterior Estrategia. Por otro lado, esta nueva Estrategia permite actualizar la política de lucha contra el cambio climático para adaptarla al nuevo contexto nacional e internacional.
En sucesivos artículos iremos desarrollando, ampliando información y valorando el seguimiento y la eficacia de esta última «Estrategia de Extremadura sobre Cambio Climático 2013-2020«.